El
libro es placentero y cristalino al nivel de su escritura, pero es también doloroso y cruel, y no solo por episodios como el de la huelga.
Porque tras la vida del coronel Aureliano Buendía, la historia de su
estirpe y la saga de Macondo, es algo en verdad trágico y horrible,
como en ese territorio de maravillas y hazañas agitadas, el Mal anidaba
como un reptil ponzoñoso y cómo, durante un centenar de años, los
Buendía intentaron vencer las fuerzas demoníacas que los acosaban, sin
conseguirlos.
Cien años de soledad es la versión latinoamericana de la eterna tragedia humana, esa lucha que el Ángel libra con el demonio.
El tiempo
El relato adopta una apariencia virtualmente lineal, apenas hay
una moderada retrospección en las primeras cien páginas cuyo eje es el
momento en que "años después, el coronel Aureliano Buendía enfrenta el
pelotón de fusilamiento", escena que débilmente despista al lector
porque el coronel no muere en esa ocasión. Pero en realidad el tiempo
de la novela no es sucesivo o cronológico, sino cerrado. El presente,
el pasado y el futuro pueden ser narrados en un tiempo a cualquier
tiempo por el narrador, porque el objetivo narrar cada uno. Por eso, el tiempo en Cien años de soledad es
circular. La novela tiene una declaración asustante que se desarrolla y explica de manera lógica, que ninguna otra explicación puede ser posible. La manipulación del tiempo y creación de un sistema total no permite la medida de tiempo en una concepción lineal.
El pasado se repite en el presente y el futuro es previsible porque,
de alguna manera, ya ocurrió. El tiempo no existe en Macondo, está
congelado.
Ursula es el personaje que tiene la mas clara conciencia de vivir en una dimensión intemporal, propia de los sueños: cuando José Arcadio Segundo concibe el loco proyecto de establecer un sistema de navegación, el comentario de Ursula es " ya esto me lo se de memoria".
Es como si el tiempo diera vueltas en redondo y hubiéramos vuelto al
principio (como la historia de la humanidad, quien comete los mismos
errores una y otra vez). En otra ocasión, cuando Aureliano Triste
expone su plan
para instalar un ferrocarril " que era descendiente directo de los
esquemas con que José Arcadio Buendía ilustró el proyecto de la agra
solar Ursula confirmó que el tiempo estaba dando vueltas en redondo"
La acción concentra la espesa historia de Macondo en un tiempo
inmóvil, donde mil cosas pasan y mil cosas vuelven, y sostiene la
presencia de varios protagonistas, que se alternan en el primer plano y
el trasfondo temporal, sin perder en ningún momento la tensión
narrativa. Ese en uno de los prodigios de la novela, la manera cómo el
autor ah enlazado las fastuosas aventuras de sus múltiples personajes
sin dejarse un respiro y, a la vez, sin hacerles perder su
individualidad.
La violencia
Del mismo modo que durante un decenio largo el drama de Colombia radicó en el permanente estado
de violencia, del mismo modo lo plantea García Márquez en Cien años de
soledad. El país vive en estado de violencia permanente, ya sea
declarada, ya sea enterrado, amenazante, y es normal que sea el
sustrato anímico que alimente su narrativa.
La violencia puede admitir variadas explicaciones posibles. Pero en cambio, tiende a concentrarse en uno solo: la violencia política.
Por eso en la obra que en esta obra es concomitante de la opresión
política, aunque una y otra están como interiormente desmesurada de su
irrupción primera, sino que se han revestido de un carácter
institucional, hasta componer un tejido diario de las vidas humanas.
Los personajes se sorprenden cuando adquieren conciencia bruscamente da
autoconciencia de esa situación en que existen.
Por ejemplo en la página 93 de cien años de soledad esto se puede
advertir en el siguiente fragmento: "cuatro soldados al mando suyo
arrebataron a su familia una mujer
que había sido mordida por un perro rabioso y la mataron a culatazos en
plena calle. Un domingo, dos semanas después de la ocupación Aureliano
entró en la casa de Gerineldo Márquez y cos su parsimonia habitual
pidió una tazón de café sin azúcar. Cuando quedaron solos en la cocina, Aureliano imprimió a su voz una autoridad que nunca se le había conocido. "Prepara los muchachos" dijo. "Nos vamos a la guerra". Gerineldo Márquez no lo creyó.
-¿Con qué armas?- preguntó.
-con la de ellos- contesto Aureliano.
El martes a la medianoche, en una operación descabellada, veintiún
hombres menores de treinta años al mando de Aureliano Buendía, armados
con cuchillos de mesa y hierros afilados, tomaron la por sorpresa
guarnición, se apoderaron de las armas y fusilaron en el patio al
capitán y los cuatros soldados que habían asesinado a la mujer".
La violencia y la opresión estan siempre pesando, y se han integrado
a la vida como condición humana y desde entonces operan una sutil
transformación de los hombres. Y García Márquez plasma de una manera
estupenda la relación que hay entre la estructura político-social de un
determinado país y el comportamiento de sus personajes.
En esta novela los hombres están condicionados por el medio social
en que se han desarrollados, en una inextricable interacción que les
permite reconocer su efecto perjudicial cuando se llega al extremo de
distorsión violenta, y por lo tanto de reaccionar con la misma fuerza,
pero que por lo común les dirige en su comportamiento sin que tomen
nítida conciencia de la significación oscura de sus actos.
Los tres pecados de los Buendía
El primero es el pecado original que hay en los Buendía, el
fundador del pueblo, está casado con su prima Ursula Iguarán, y desde
el primer de su matrimonio
viven espantados ante la posibilidad de engendrar un hijo con cola de
cerdo: " ya existía un precedente tremendo. Una tía de Ursula, casada
con un Tío de José Arcadio Buendía, tuvo un hijo que paso toda la vida
con unos pantalones englobados y flojos, y que murió después de haber
vivido cuarenta y dos años en el puro estado de la virginidad, porque
nació y creció con una cola cartilaginosa en forma de tirabuzón y con
una escobilla de pelos en la punta".
Cuando todos pensaban que lo de tener hijos con cola de cerdo no es
mas que una vulgar creencia, el hijo con cola de cerdo nace: es el
último Aureliano, que muere comido por las hormigas, poniendo fin a los
Buendía, pues eran una estirpe condenada, y con ellos el pueblo.
El segundo pecado es el incesto, hay relaciones incestuosas
realizadas y potenciales, que unen a hermanos, tias y hasta bisnietos
que con parientes anteriores en tres generaciones: Arcadio desea a su
propia madre; la sombría y temible Amaranta tendrá confusas relaciones
con Aureliano José, su sobrino carnal, y con otro José Arcadio,
bisnieto de un hermano suyo; Finalmente el penúltimo Aureliano engendra
en su tía Amaranta Ursula, al Aureliano monstruoso que los venía
esperando desde hace 100 años.
Y el tercer pecado, pero el mas característico de esta familia es la
soledad. Los varones, casi sin excepción, son marcados con el signo de
la soledad. Por ejemplo, el Coronel Aureliano Buendía, llora en el
vientre de su madre, lo que para ella es una incapacidad para el amor. Su adolescencia
lo hizo tranquilo y solitario, y el siempre toma refugio en estar solo,
y para entretener su soledad emprende la agra, pero pronto
comprenderá que ese no es el remedio para acabar con este pecado.
Cuando regresa un día a casa, da instrucciones estrictas que nadie,
incluyendo su madre, puede acercarse a él a menos de diez pies. Cuando
se sienta en un cuarto, un circulo lo aísla de los otros. En su
incapacidad para amar, se empuja mas y mas a la soledad que, para el es
como la muerte. Es tan miserable en su soledad que trata de matarse, pero su destino no es la muerte sino que el aislamiento.
La vida de los gemelos, Aureliano y José Arcadio IV Segundo, que la
soledad no solo es un estado de sofocación social, y que también es una
relación humana especial, y que, sobre todo es una necesidad. Por
ejemplo, Aureliano tiene lastima de sí mismo, porque su vida tiene una
norma de repetición: vive entre el deseo y la abundancia, entre la
virtud y la hipocresía. Siempre se confunde con sobre su estado de
aburrimiento y utiliza a la tristeza como mecanismo para combatir a su
soledad y sentirse un poco más humano. En cambio su hermano gemelo no
reacciona de la misma forma y no hace nada para eliminar su soledad, ya
que es condenado a vivir apartado de los otros Buendías, no importa lo
que hace. Prácticamente es un desconocido en su propia familia y
siempre es confundido con su hermano, para mostrar la relación irónica
en la relación de los gemelos. García Márquez entierra un gemelo en la
sombra del otro.
Los tres pecados configuran una sola imagen:
el Mal, el destino infame que los Buendía tienen que cumplir.
Generación tras generación, tienen la esperanza de estar resistiéndose
y escapando al hado maligno que los persigue y termina por destruirlos
tras un decenio de persecución.
Macondo
Es un lugar ardiente, cenagoso, fuera del tiempo, arruinado y lleno de historias fantásticas.
Contar Macondo era una tarea imponente porque es un lugar
mitológico. Todo allí es posible: seres mas que centenarios, varones
que procrean gozosamente hasta la ancianidad, apariciones y diálogos
con espíritus, alfombra que vuelan, ascensiones en alma y cuerpo al
cielo, monstruosidades y destrucciones sobre-naturales.
Pero este mundo de realidades mágicas se ve afectado cuando entra el
mal en Macondo, las guerras civiles y la fiebre del banano solo traen
desgracias y muertes. Así, lo imaginario y lo real se enlazan con la
historia de Colombia y con los males que afecta a toda Latinoamérica.
Conclusión
Esta obra refleja la capacidad literaria de García Márquez,
quien en un solo pueblo y en tan solo cien años ha podido reflejar,
claro está de manera exagerada, los problemas de la humanidad a lo largo de su historia. Ya que el tiempo parece cíclico y el hombre sigue cometiendo lo mismos errores una y otra vez.
Bibliografía
Asedios a García Márquez, Editorial Universitaria, Chile 1971.
- Estructura del texto artístico, Editorial Istmo, Madrid, 1978.
fuente:monografía.com