Grafiti: ¿arte o desperdicio urbano?

A lo largo del paso de los años, van surgiendo nuevas tendencias en distintos ámbitos que sea mirado; en el ámbito musical, artístico, estético corporal, etc.
Es así como surge cercano a la década de los setenta una nueva tendencia urbana inspirada en la liberación de las ideas por intermedio de la escritura liberada la cual expresa desde un leve sentimiento negativo o positivo hasta un repudio por el actual presidente.
Para la mayoría de los jóvenes de la década de los setenta la existencia del grafiti era un desahogo al sistema que los aprisionaba a seguir lo que el mismo sistema quería que fueran. Pero a través de esta arte fue abandonando tal sentimiento que fue expresado primeramente en los trenes de la cuidad de New York seguida por localidades de Norteamérica específicamente en los en los Estados Unidos.
Luego empezaron a surgir, con la perfección de dicho movimiento, seguidillas de pinturas por las calles las cuales fueron rechazadas rotundamente por los habitantes de las ciudades conservadores los cuales los encontraban locos a los que lo realizaban; sin pensar que con el tiempo se transformarían en verdaderas obras de arte reconocidas por variados medios de comunicación.
“el Grafiti se convirtió en un arte urbano”. Es mi pensamiento ya que ha demostrado llevar a las personas a una mentalidad de creación rotunda las cuales se ven expresadas en gran parte de la urbe de los países que tienen grafiteros. Los residentes ya conceden el permiso para poder rayar sus panderetas ya que encuentran en aquello una forma de ser original ser distintos a los demás y, un punto importante, salirse de lo rutinario del sistema para lo cual fue creado este movimiento.
Quiero apoyar mi tesis con una “contra argumentación” la cual señalo lo siguiente: “el grafiti se ha convertido con el tiempo en un desperdicio urbano”
Anteriormente a la década de los noventa el movimiento del grafiti estaba en su esplendor latino, pero en una decadencia norteamericana. Con el paso de los años comenzaron a surgir variados estilos de grafiti pero menores en calidad encargados de demoler lo que fue el verdadero esplendor del pasado gran grafiti que dejo una vara alta para una generación venidera. Es así como empezó una corriente urbana encargada de estropear las calles en las ciudades con grabados incoherentes los cuales estaban justificados en el seno del “grafiti” pero que no es así.
Con esto quiero decir que el grafiti constituye una gran reserva de arte que por muchos son aprovechados haciendo que cada día se transforme en un verdadero arte pero que a su vez esta siendo mal utilizada por personas inescrupulosas que estropean las calles de las ciudades con mensajes estúpidos y sin ningún sentido de por medio.
El movimiento del graffiti se convertirá en arte proporcionalmente cuando deje de convertirse en un derroche y un mal hábito de personas que cuyo único fin es dañar la urbe donde vivimos.